martes, 4 de julio de 2017

Policía alemana ataca campamentos de manifestantes contra la cumbre del G20

Los manifestantes criticaron también la zona de 38 kilómetros cuadrados que se estableció en la ciudad de Hamburgo, donde estará vetada cualquier tipo de manifestación, así como la prohibición de instalar campamentos

El domingo a las 23h, cientos de policías antidisturbios alemanes atacaron el campamento de activistas contra el G-20, tres días antes del comienzo de la cumbre (en sentido contrario). Varias personas resultaron heridas, una persona fue detenida y una fue hospitalizada.
La expulsión es completamente ilegal, pues poco antes el campamento contra la cumbre del G20 había ganado el derecho a permanecer donde estaba, después de una pelea legal de varias semanas. Un ultimátum fue emitido, si el campo no se vuelve a abrir, los activistas van a acampar en los (muchos) espacios verdes que conforman la ciudad de Hamburgo.
Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que protestan contra la cumbre del Grupo de los Veinte (G-20) en Hamburgo continuaron el lunes después de que los agentes desmantelaron los campamentos que habían levantado para pernoctar cerca del área donde se efectuará el evento.
Los protagonistas de las protestas se manifestaron escandalizados porque inicialmente habían recibido la autorización, pero el tribunal de Hamburgo explicó el lunes que si bien podían poner tiendas de campaña, no podían pernoctar ahí ni poner cocinas ni regaderas. Con ese pronunciamiento apoyó el proceder de la policía que desmanteló las tiendas.
Miles de personas salieron el domingo a las calles de Hamburgo para protestar contra la política climática y comercial de los 20 países industrializados y emergentes que integran el G20, en la primera de una “ola de protestas anunciadas ante la cumbre de jefes de Estado y Gobierno prevista para los próximos 7 y 8 de julio en la ciudad del norte de Alemania.
Los ocho mil manifestantes, según la Policía, hasta 25 mil según los organizadores, que no se dejaron amedrentar por la lluvia, pidieron más hechos en lugar de palabras para garantizar la lucha contra el cambio climático o en busca de políticas comerciales más justas que repartan mejor la riqueza en un mundo globalizado.
Con pancartas donde se leían mensajes como “El planeta Tierra primero,” “Fin del carbón” o “Combate a la pobreza”, la de este lunes fue la primera gran protesta de las en torno a 30 manifestaciones anunciadas con motivo de la cumbre.
La protesta central se espera el sábado próximo, con unos 100 mil participantes, de los que unos ocho mil podrían ser potencialmente violentos, alertó el ministro del Interior, Thomas de Maizière.
Los manifestantes enviaron también en sus pancartas y globos un claro mensaje sobre el libre comercio: la globalización es un hecho pero debe ser más sostenible y organizado, señalaron al criticar las negociaciones de los últimos días entre la Unión Europea y Japón para firmar un tratado de libre comercio antes de la cumbre.
Christoph Bautz, de la organización Campact, criticó el secretismo con el que se llevan a cabo las negociaciones y el sistema judicial paralelo que se crea para las empresas y que sus críticos creen va en perjuicio de los consumidores y ciudadanos.
Las protestas se extendieron por la ciudad por tierra y por agua, hasta el lago que forma el río Alster en Hamburgo, donde más de 120 canoas, kayaks y barcos a remo acompañaron las manifestaciones en tierra.
También el puerto de Hamburgo fue escenario de una protesta, donde la organización ambientalista Greenpeace pintó con un spray el eslogan “Fin al carbón, en un carguero de carbón que transportaba 75 mil toneladas de ese mineral de Rusia a Alemania.
Con escepticismo recibieron los manifestantes un mensaje de video de Merkel, que aseguró que el G20 buscará un crecimiento sostenible que beneficie a todos, con “acuerdos de protección del clima, mercados abiertos, y acuerdos comerciales mejorados en los que se protejan los derechos de los consumidores, los estándares sociales y medioambientales.
Los manifestantes criticaron también la zona de 38 kilómetros cuadrados que se estableció en la ciudad de Hamburgo –el estado también se llama Hamburgo- gobernada por el alcalde socialdemócrata Olaf Scholz- donde estará vetada cualquier tipo de manifestación, así como la prohibición de instalar campamentos donde pernocten los opositores al G-20.
La seguridad es una de las principales preocupaciones de las autoridades alemanas. La policía federal señaló que espera protestas con posibles ataques incendiarios y otros actos de sabotaje en el puerto u otras partes de Hamburgo.
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