“Resulta que la sangre de la población bahreiní tiene menos valor que la del pueblo libio. La actitud hacia estos países por parte de la administración de Obama como de la comunidad internacional, es completamente hipócrita”
Kaos. Internacional
Mientras los ojos de la comunidad mundial están puestos en Libia, Bahréin también pide su parte de atención. Los descontentos con la política gubernamental de ese país árabe aseguran que mientras la oposición libia está recibiendo firmes apoyos por parte de los países occidentales, capitaneados por EE. UU., ellos muy en vano están clamando la solidaridad internacional.“Resulta que la sangre de la población bahreiní tiene menos valor que la del pueblo libio. La actitud hacia estos países por parte de la administración de Obama como de la comunidad internacional, es completamente hipócrita”, así ha declarado Husain Abulla, director del Movimiento para la democracia y los derechos humanos en Bahréin.“Todo esto confirma que a veces los intereses geopolíticos pesan mucho más que la defensa de los derechos humanos. Lo que preocupa a los activistas es que este ejemplo se traduciría en un futuro en una tendencia peligrosa”, agregó.
Según ha declarado Toby C. Jones, profesor de Historia en la Universidad Rutgers, “el Ejército estadounidense dispone de una base en la isla donde están fondeados buques de guerra y un contingente integrado por 6.000 efectivos. Sin embargo, en ningún momento intervinieron cuando las autoridades de Manama decidieron aplastar las protestas y decretar en Bahréin el estado de sitio”. Esta política de ‘doble filo’ de Washington, según consideran algunos opositores al Gobierno de Bahréin, se debe a la estrategia geopolítica y militar que aplica EE. UU. en la región del Golfo. Los críticos afirman que la actitud reservada de la Casa Blanca se explica por el hecho de que, a diferencia de Libia, Bahréin es uno de sus aliados más fiables en la región del Golfo.
“Resulta que la sangre de la población bahreiní tiene menos valor que la del pueblo libio. La actitud hacia estos países por parte de la administración de Obama como de la comunidad internacional, es completamente hipócrita”
Kaos. Internacional
Mientras los ojos de la comunidad mundial están puestos en Libia, Bahréin también pide su parte de atención. Los descontentos con la política gubernamental de ese país árabe aseguran que mientras la oposición libia está recibiendo firmes apoyos por parte de los países occidentales, capitaneados por EE. UU., ellos muy en vano están clamando la solidaridad internacional.
“Resulta que la sangre de la población bahreiní tiene menos valor que la del pueblo libio. La actitud hacia estos países por parte de la administración de Obama como de la comunidad internacional, es completamente hipócrita”, así ha declarado Husain Abulla, director del Movimiento para la democracia y los derechos humanos en Bahréin.
“Todo esto confirma que a veces los intereses geopolíticos pesan mucho más que la defensa de los derechos humanos. Lo que preocupa a los activistas es que este ejemplo se traduciría en un futuro en una tendencia peligrosa”, agregó.
Según ha declarado Toby C. Jones, profesor de Historia en la Universidad Rutgers, “el Ejército estadounidense dispone de una base en la isla donde están fondeados buques de guerra y un contingente integrado por 6.000 efectivos. Sin embargo, en ningún momento intervinieron cuando las autoridades de Manama decidieron aplastar las protestas y decretar en Bahréin el estado de sitio”.
Según ha declarado Toby C. Jones, profesor de Historia en la Universidad Rutgers, “el Ejército estadounidense dispone de una base en la isla donde están fondeados buques de guerra y un contingente integrado por 6.000 efectivos. Sin embargo, en ningún momento intervinieron cuando las autoridades de Manama decidieron aplastar las protestas y decretar en Bahréin el estado de sitio”.
Esta política de ‘doble filo’ de Washington, según consideran algunos opositores al Gobierno de Bahréin, se debe a la estrategia geopolítica y militar que aplica EE. UU. en la región del Golfo. Los críticos afirman que la actitud reservada de la Casa Blanca se explica por el hecho de que, a diferencia de Libia, Bahréin es uno de sus aliados más fiables en la región del Golfo.
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